Los parques públicos de Cuernavaca: historia, política y organización territorial

Los parques públicos o parques urbanos, se han reconocido y asociado como espacios verdes para el ocio y el descanso de los habitantes en las grandes ciudades. Desde el siglo XVIII en varias partes de Europa se comenzaron a crear parques urbanos con fines de mejora social y ambiental en el ámbito del urbanismo moderno y las transformaciones en Paris por Haussmann. Con el pasar de las décadas, estas ideas se trasladaron a Estados Unidos y Canadá. Los parques públicos tanto europeos como norteamericanos, fueron cambiando su uso y función de acuerdo con las necesidades, también cambiantes, de la época. En el pasado, estos lugares se usaban para los paseos, para ver y ser vistos, y como lugares de estatus social aún habiendo sido diseñados desde sus inicios para las clases populares; posteriormente se añadieron espacios para la recreación, para el encuentro y sociabilidad, y para actividades deportivas y culturales, logrando que esta vez, verdaderamente otras clases sociales tuvieran acceso a ellos, no solo los aristócratas. En Ciudad de México, los parques y espacios públicos también tuvieron grandes transformaciones en diferentes periodos. La mayor parte del siglo XIX se caracterizó por tener espacios insalubres y ser focos de enfermedades; sin embargo, durante el porfiriato estos espacios fueron intervenidos favorablemente, atrayendo al turismo y mejorando las condiciones generales de habitabilidad¹ de la ciudad, que podría decirse que alcanzaron su época dorada. No obstante, posterior a ello cayeron poco a poco en decadencia, con intervenciones muy esporádicas y quedando en el olvido nuevamente. Algo similar es lo que sucedió en Cuernavaca. En Cuernavaca el manejo y gestión de los parques públicos en la actualidad es totalmente deficiente, lo que parece contradictorio con una ciudad que se reconoce como la Ciudad de la Eterna Primavera. En los últimos 15 años, el interés y la preocupación por llevar a cabo una planeación adecuada y eficiente ha quedado manifiesta en un deterioro urbano exponencial de la ciudad, y con ello sus parques públicos. Hay una falta de intención por parte del gobierno para intervenir y cuidar estos espacios. Además, existen lagunas de información en cuanto a normativa y regulación de los parques públicos en general, que causa confusión e incertudumbre en las dependencias gubernamentales (como la Secretaría de Desarrollo sustentable, la Dirección de Parques y Jardínes, la Dirección de Obras y Servicios Públicos, entre otras) para saber de qué se encarga cada una. Sumando a esto, los pocos parques que existen se encuentran desarticulados entre si, y con los medios de transporte, lo cual dificulta y encarece el traslado, además de ubicarse geográficamente de forma desigual, lo cual impide el acceso a determinantes sectores de la población siendo difícil llegar a ellos. Por lo tanto, no forman parte de las practicas cotidianas de la mayor parte de la población.