Transformación del paisaje en el ejido de Acatlipa (1929-2018)

La presente investigación analiza lo referente al otorgamiento de la primera dotación de tierras en el ejido de Acatlipa, ubicado en el municipio de Temixco, Morelos, durante el lapso de 1929 a 2018. En reparto tuvo como eje coyuntural la reforma al Artículo 27 constitucional, efectuada en 1992, la cual permitió la comercialización de tierras de propiedad social (ejidal o comunal). Esto trajo como resultado el ingreso del suelo de las periferias de las ciudades al mercado y la privatización del ejido. Anteriormente, la venta de la tierra sólo era posible de manera ilegal, salvo en los casos de expropiación o de permuta (Olivera y Rodríguez, 2015, p. 65-66). De acuerdo con Olivera (2015), en el Estado de Morelos, las parcelas que adoptaron el dominio pleno desde 1993 fueron la base para la construcción de unidades habitacionales de interés social en la periferia de la Zona Metropolitana de Cuernavaca (ZMC). En el caso de Temixco, Xochitepec y Emiliano Zapata estos municipios sí adoptaron el domino pleno, pero hasta 2008 y, posteriormente, se incorporaron al desarrollo urbano. Tomando en cuenta lo anterior, a partir del estudio de caso del ejido de Acatlipa, se analizó la transformación de un ejido agrícola en uno urbano, debido al crecimiento de la ZMC hacia Jiutepec, Emiliano Zapata, Xochitepec y Temixco, municipios que la conforman. Desde la creación del ejido hasta la reforma al Artículo 27 constitucional, se dieron transformaciones territoriales debido a la urbanización. Por ejemplo, la carretera federal México-Acapulco, que atraviesa el poblado y ejido de Acatlipa, propició que los habitantes se dedicaran a la venta de productos agrícolas y ganaderos. Por lo tanto, esta nueva vía facilitó la movilidad de los pobladores y la llegada de otros, lo que impulsó el poblamiento y la urbanización desde la década de 1940. De igual forma, el terremoto del 19 de septiembre de 1985 y la contaminación atmosférica en la Ciudad de México, presentada durante las últimas décadas, provocaron el éxodo de los capitalinos al territorio morelense (Alvarado y di Castro, 2013, p. 42). Una característica de Cuernavaca es su clima, por ello es conocida como la “ciudad de la eterna primavera”, dio pie a la creación de segundas residencias, que con el paso del tiempo se convirtieron en viviendas permanentes, desde donde la familia se trasladaba a su lugar de trabajo o escuela. Estas moradas fueron ocupadas por originarios de los estados de Guerrero, Puebla, Veracruz, el Estado de México y la Ciudad de México. Con la llegada de esta nueva población se conformaron fraccionamientos, condominios y unidades habitacionales que fueron extendiéndose a los municipios ubicados al sur de Cuernavaca: Temixco, Xochitepec o Emiliano Zapata (Alvarado y di Castro, 2013, p. 42). La ZMC, en la región centro del país, es una de las que presenta mayor dinamismo (Olivera y Rodríguez, 2015, p. 65).