Otras maneras de entender el cuerpo: representaciones sociales de parteras en Cuernavaca, Morelos

El objeto de esta investigación es conocer las representaciones sociales que tienen las parteras respecto al cuerpo femenino durante el embarazo, parto y posparto. Desde la antigüedad hasta nuestros días, la partera ha tenido un papel protagónico en su comunidad por el ejercicio de sus saberes, como sistemas de salud ancestral. Compartiendo, sosteniendo, recreando y contribuyendo en la continuidad de un patrimonio cultural inmaterial, la partería plantea ir de un modelo biologicista a uno holista; su atención incluye salud sexual y reproductiva, embarazo, parto y período posnatal, incluso en ocasiones acompañan la interrupción del mismo. Se sabe que a nivel mundial las parteras mejoran los índices de la atención y cuidados durante dichos procesos, así como la calidad en la salud materna de diversas regiones (UNFPA, 2014). En nuestro país, desde tiempos pasados el quehacer de la partera está vinculado con la ética, valores humanos y el buen nacer, su actividad se ha “relacionado con actitudes de ternura, afecto, comprensión y de reconocimiento de las dimensiones del ser humano, de la sensibilidad para uno mismo y la alteridad” (Pérez & Castañeda, 2012: 2). Adquiriendo un papel central en las ciudades, comunidades o municipios donde se localicen, porque ellas ayudan a traer al mundo a las nuevas generaciones y procuran el bienestar de la mujer. Su permanencia histórica radica en el sostén de elementos culturales que les permiten significar su existencia y oficio, compartir y reproducir sus conocimientos a partir de procesos dinámicos de construcción, creación y lucha por su reconocimiento. El saber esencial de las parteras proviene de la medicina tradicional, por lo que algunas de ellas participan en luchas de pueblos originarios, a su vez han sabido integrar saberes de otros modelos de salud a partir de su propia comprobación en la funcionalidad de éstos.