dc.description | A lo largo de la historia, los seres humanos han dependido en gran medida de la naturaleza para satisfacer sus necesidades básicas y garantizar su supervivencia. Desde los primeros días de la humanidad hasta la actualidad, la relación entre los seres humanos y el entorno natural ha sido fundamental.
El hombre primitivo no se preocupaba por la acumulación de riqueza, clasificándose socialmente por sus habilidades físicas o espirituales (Alphandéry et al., 1992), su generación de residuos era de origen orgánico, lo cual permitía una pronta asimilación en el medio al que se desechaban.
En el trascurso de los siglos, los humanos crearon la necesidad superflua que buscan la satisfacción de su ser a través adquirir constantemente bienes, reemplazando los desactualizados y obsoletos por otros nuevos. Este modelo de producción actual se basa en prácticas heredadas desde la Revolución Industrial “extraer-fabricar-eliminar”, lo que se conoce como economía lineal, misma que ha convertido a la humanidad en una “sociedad del consumo”, la cual enmarca a los individuos en las categorías sociales superiores. En este modelo no existe previsión de reutilización o reaprovechamiento de los subproductos, lo que antes era mercancía, termina convirtiéndose en desecho, perdiendo la oportunidad de devolver los materiales al proceso productivo y con ello la disminución de la demanda de agua y energía (Rodríguez Díaz, 2012).
El mundo contemporáneo está enfrentando problemáticas globales, de acuerdo con Barrios y Jiménez (2020), las crisis sanitaria, económica y climática actuales nos colocan muy cerca del fin del mundo conocido y han demostrado con agudeza que nos encontramos en un sistema complejamente interconectado y frágilmente articulado.
Se habla actualmente de la “crisis de la basura” (Benton-Short et al., 2013) para describir la situación caracterizada por el incremento en la generación de residuos superior a la tasa de crecimiento poblacional.
Aunado a esta crisis se suman múltiples problemas relacionados con los procesos de separación de residuos, de recolección, de valorización, tratamiento y disposición final de éstos (Secretaría de Medio Ambiente y Ordenamiento Territorial, 2021). Innumerables externalidades ambientales en torno al incremento de la generación de residuos, no solo por la cantidad, sino además por su diversidad y calidad (JESC, 2017).
Los Residuos Sólidos Urbanos son aquellos materiales que resultan de las actividades que diariamente realizamos y que se desechan porque ya no se consideran útiles. Estos materiales se encuentran presentes en todas las etapas de nuestra vida (Jiménez, 2017).
Frente a un escenario de crisis ambiental que se discute a escala mundial desde hace medio siglo, “la lenta transición hacia modelos de producción y de consumo más sustentables pretende hoy aferrarse a la idea de extremar esfuerzos” para minimizar el uso de los recursos naturales y hacer un manejo más eficiente de los RSU para recuperar ciertos materiales y alargar su vida útil en la lógica de una economía circular (EC) (Ribeiro et al., 2018). | es_MX |