dc.description | Las proteínas son macromoléculas biológicas complejas compuestas por una secuencia de aminoácidos que es codificada por un gen. Estas macromoléculas son las más abundantes en las células y desempeñan diversas funciones en el organismo y dentro de cada célula, ya sea que participen en regular el metabolismo, mantener la estructura celular, regenerar tejidos, transportar otras moléculas, replicar, transcribir y traducir el DNA y reconocer agentes infecciosos, entre otros.
La función de las proteínas depende de su estructura tridimensional, la cual está dictada por su secuencia de aminoácidos. Esta secuencia varía tanto en diversidad como en longitud, habiendo proteínas de tan solo 76 aminoácidos como la ubiquitina, encargada de marcar otras proteínas para su degradación, hasta proteínas de 34,350 aminoácidos como la titina, encargada del buen funcionamiento de los músculos. Así, cada proteína tiene una estructura distinta y por ende una función distinta.
La complejidad estructural de las proteínas se divide en cuatro niveles¹. La estructura primaria se refiere a todos los enlaces covalentes (principalmente enlaces peptídicos y puentes disulfuro) que unen a los aminoácidos formando una cadena polipeptídica; la estructura secundaria se refiere a arreglos locales de los átomos de cadena principal, formando patrones estructurales como α-hélices y hojas-β. La estructura terciaria se refiere a los contactos entre cadenas laterales de la proteína y la estructura cuaternaria, cuando el complejo proteico consta de más de una subunidad. A la conformación en la cual las proteínas son funcionales, independientemente del nivel de complejidad estructural, se le denomina conformación nativa.
La conformación nativa de las proteínas puede verse afectada por distintas razones, como el pH, la temperatura y mutaciones, las cuales pueden afectar el ambiente químico y las interacciones normales de la proteína, provocando desplegamiento parcial o total y pérdida de función. | es_MX |