El Grafiti: Estilo juvenil y expresión urbana en Cuernavaca, Morelos

A través de este ejercicio cotidiano miro –para decirlo con Appadurai (2001)–: El paisaje urbano. Reconozco las paredes de las calles, los muros, las bardas y sus colores floridos, lo nuevo y, también, lo efímero, lo espontáneo, pero, sobre todo, me intereso por esa suerte de geografía policromada: anuncios publicitarios, letreros, consignas, y de manera especial las pintas o grafitis, mezcla de formas: geométricas, algunas, voluminosas, otras; de trazo perfecto, o espontáneos e ininteligibles marcas de aerosol. Mensajes. Jocosos, en ocasiones, obscenos, insultantes, poéticos y metafísicos. Algunos exhiben la firma del ejecutante, otros no. Los últimos, quizá, no aspiran a la trascendencia. Los primeros, sí, por ello mismo, garabatean la firma, el sobrenombre.