dc.description | El patrimonio edificado, representan hoy en día un legado del ayer en un contexto histórico, social, económico, político y arquitectónico, que simboliza la diversidad y particularidad de una región; dentro de este, se estudia el patrimonio industrial que se compone de los restos de la cultura industrial que poseen un valor histórico, tecnológico, social, arquitectónico y científico. Estos restos consisten en edificios y maquinaria, talleres, molinos y fábricas, minas, sitios para procesar y refinar, almacenes y depósitos; lugares donde se genera movilidad, uso energía, medios de transporte y toda una infraestructura. Así como sitios donde se desarrollan actividades sociales y económicas como la industria, la vivienda, el culto religioso o la educación. Entendemos que el patrimonio industrial de azúcar en México, se ha revalorizado por su identidad y singularidad dentro de un contexto social, cultural y arquitectónico que se fue desarrollando paralelo al crecimiento de la producción de azúcar a partir del siglo XVI a finales del siglo XIX; con ello se optimizaron técnicas y sistemas para la adaptación del crecimiento en las haciendas azucareras en los espacios destinados al proceso de la producción de azúcar. El estado de Morelos, ha despertado siempre un gran interés en quienes lo han ocupado a lo largo de su existencia; en primeras etapas que va desde la población y ocupación del territorio, la característica central en la organización del uso intenso de los elementos de la naturaleza, concretamente las tierras y el agua. En segunda etapa, la principal expresión territorial fueron las grandes propiedades, y el emporio agroindustrial basado en la producción de azúcar (Sánchez, 1930:7). Los fines han sido en esencia los mismos: la utilización de los recursos que generosamente ofrece la naturaleza de la región, así como el aprovechamiento de las diversas situaciones que brinda
su estratégica ubicación cercana y bien comunicada con el principal centro del poder político y económico del país (Ciudad de México), y con otros centros regionales de menor jerarquía. Alrededor de 111 haciendas registradas en el estado, 75 de ellas dejaron de funcionar después de la revolución mexicana siendo reintegradas a sus propietarios, por medio del reparto agrario y a pesar de que actualmente son consideradas como patrimonio industrial han sido poco valoradas y estudiadas, al grado que muchas de ellas se encuentran en deterioro. De acuerdo a una clasificación por Brígida Von Mentz, de 111 haciendas, trapiches e ingenios azucareros en Morelos, se dividen en precursores, importantes, fincas azucareras de menor importancia, beneficios de metales, otras labores (cereales, ganadería, etc.) y fábricas de alcohol. Entre estas haciendas, en la región de Cuautla de Amilpas se ubica la hacienda de Coahuixtla que se clasifico como una de las más importantes, posicionándose en el lugar 18 a nivel estatal y distinguiéndose a nivel nacional por su desarrollo y crecimiento en la industria azucarera (Von Mentz, 2002: 231). | es_MX |