Caracterización in silico de profagos de aislados de Acinetobacter baumannii provenientes de hospitales de la Ciudad de México

La propagación de bacterias multirresistentes se ha convertido en un problema de salud pública en los últimos años. En ese sentido, en el 2017 la Organización Mundial de la Salud (OMS) publicó una lista de patógenos prioritarios para la investigación y desarrollo de nuevos antibióticos, dentro de la que se ubicó a Acinetobacter baumannii en máxima prioridad[1]. Por otro lado, el informe anual de la Red Hospitalaria de Vigilancia Epidemiológica (RHOVE) 2015, reportó que el 16.4% de las infecciones asociadas a la atención en salud correspondía a A. baumannii, lo que convirtió a esta bacteria en un importante blanco de estudio y atención en nuestro país[2].