dc.description | La desigualdad es una dimensión que representa serias laceraciones a la vida de
sociedad; no tener posibilidad de alimentarse o de acceder a servicios de salud
serían algunos de los efectos más perniciosos de la desigualdad, la inseguridad
alimentaria y su consecuente desnutrición que afecta cuando se observa los daños
que producen en el sector infantil. Además del sometimiento a un hambre crónica
se condena al sector a una vida inestable y con dificultades crecientes derivadas
del retraso en el crecimiento o un deficiente desempeño cognitivo o en su defecto,
se lleva a un desarrollo del individuo incompleto o frágil.
En general, la desnutrición tendría vínculos con la incapacidad cíclica para
solventar las condiciones de desigualdad; el gasto permanente en atención de
salud para eventualidades clínicas y seguimiento de desarrollo; el incremento del
gasto público en la atención del sector salud en medicinas, médicos, gasto
hospitalario, y la consecuente pérdida de fuerza de trabajo. Incluso algunos
estudios indican que el retraso en la talla debido a la desnutrición tiene un 33%
menos de probabilidades de escapar de la pobreza en la etapa adulta (Hoddinott et
al., 2011).
Los impactos de la desnutrición se localizan directamente en la escala
temporal y económica. De hecho, existen efectos poco previsibles de largo plazo
que no se muestran sino hasta que es demasiado tarde para intervenir; el hambre
oculta en particular, no tendría efectos visibles físicamente, pero causa estragos de
forma permanente y silenciosa. En los casos más graves, los efectos derivados de
la desnutrición por micronutrientes, demuestran una relación con los decesos en la
población (UNICEF, 2019).
De forma desagregada, la desnutrición representa un problema social de
escala mayor porque reduce las posibilidades de desarrollo de la sociedad misma,
la cual no solo enfrenta la creciente dificultad para resarcir los costos sociales de
tratamiento o mitigación, representando una carga sobre el presupuesto público
destinado a la salud. Tan solo aquellos costos provenientes de las Enfermedades
No Trasmitibles (ENT) y la pérdida de productividad debido a la mortalidad, relacionados a la desnutrición, se calculan en 1,3 billones de USD al año a nivel
mundial (FAO et al., 2020). En México particularmente, más de un millón de niñas
y niños menores de cinco años vive con desnutrición crónica, la cual alcanza a
14.2% del grupo etario, estimando en 2,6% del PIB nacional el gasto en salud,
educación y productividad.
Si bien la desigualdad es una de las contradicciones estructurales más
importantes del capitalismo. Su atención ha sido objeto de múltiples estrategias o
políticas públicas, cuyo mayor logro se centra en mitigar marginalmente algunas
dimensiones. A pesar de ello, el tratamiento de los desequilibrios estructurales se
ha vuelto una confrontación permanente para la que no existe la infraestructura
político o institucional suficiente en términos de recursos o de capacidades, llevando
a un desgaste periódico del Estado y a una agudización de las dificultades sociales
de la población.
En consecuencia, resulta pertinente discutir las condiciones de desnutrición
de la población infantil para estimar los impactos multidimensionales por la escala
económica en que se desenvuelven representando posibilidades de intervención
política y presupuestal equivalentes a los costos por resarcimiento o mitigación de
que ahora son objeto. Es decir, estableciendo mecanismos preventivos que
costarían menos a la población y al sector público de ser instrumentados
oportunamente.
De esta forma, Xochitepec, Morelos es un municipio en proceso de expansión
urbana de la zona metropolitana de Cuernavaca, el cual registra una de las mayores
condiciones de pobreza más importantes de la entidad, lo cual implica directamente
desnutrición de la población infantil y efectos colaterales. De hecho, en las últimas
dos décadas, los índices de desnutrición en niños de entre 0 y 4 años ha ido en
aumento de forma constante en un contexto en el que 61.2% de la población se
encuentra en pobreza y 22.8% registra problemas de acceso a la alimentación.
Considerando los problemas de desnutrición leve, moderada y grave y al ser
contrastados mediante una regresión lineal simple arrojan que las enfermedades
infecciosas como, Infección Respiratoria Aguda y Enfermedad Diarreica Aguda
tienen un amento de entre 0.53% a 8.73%. Asumiendo esta tendencia, es posible
estimar que los costos sociales por desnutrición representan una carga del 25.98%
del presupuesto anual asignado para 2022 para el municipio, en otras palabras,
Xochitepec gasta $62,805,240.1 para resarcir los daños por desnutrición, los cuales
pueden ser intervenidos con estrategias preventivas equivalentes, no solo
disminuyendo los costos de mediano y largo plazo, sino asegurando el desarrollo
humano de su población. | es_MX |