| dc.description | La educación del Siglo XXI debe potencializar la construcción de una ciudadanía
participativa, crítica, responsable, por ello, la escuela es un ámbito idóneo para aprender a vivir y convivir juntos.
Desde este planteamiento las tendencias educativas actuales están encaminadas a
promover en los estudiantes el uso y manejo de diferentes lenguajes de comunicación, el trabajo en equipo, así como el desarrollo de habilidades para construir competencias, es decir, ubicar el conocimiento, recuperarlo, transformarlo y relacionarlo con otros para crear o desempeñar alguna tarea de manera eficaz y eficiente, por ello, se plantea una educación que contribuya al desarrollo de competencias básicas que contribuyan a mejorar la manera de vivir y convivir en una sociedad cada vez más compleja.
Algunos autores plantean la importancia de fomentar y desarrollar desde los espacios
educativos acciones que contribuyan a la creación de una aula pacífica donde se comparta y se favorezca la creación de vínculos de pertenencia, confianza y cooperación entre el alumnado haciendo uso de soluciones constructivas que beneficien a todos, en otras palabras educar para aprender en y para la convivencia.
Desde esta postura, García y López (2011) plantean que la escuela debe trabajar en la
construcción de entornos pedagógicos donde el alumnado aprenda a convivir de forma
pacífica y participe activamente en el respeto de los principios democráticos con la finalidad de contribuir a la formación de ciudadanos demócratas capaces de saber participar, cooperar, ser responsables, tolerantes, solidarios, que sobre todo que dispongan de habilidades sociales para gestionar y resolver conflictos interpersonales.
Por ejemplo, para Schmelkes (2001), el manejo creativo de conflictos es fundamental para la lucha cotidiana contra la violencia desde el espacio escolar, ya que el combate de la violencia es algo que tiene que ver con las personas, con sus valores, con sus actitudes, con sus conductas, pero también con sus conocimientos y con sus habilidades, desde esta perspectiva, un quehacer educativo.
Considerando lo expuesto, es necesario fomentar en el alumnado el desarrollo de
competencias psicosociales que les permitan aprender a convivir y es preciso que la escuela potencialice el desarrollo formativo e integral que favorezcan la convivencia, el desarrollo armónico y por ende maximice su capacidad de aprender a ser y estar.
Por ello, la presente investigación plantea generar espacios que contribuyan al
desarrollo de competencias psicosociales para favorecer la resolución de conflictos
interpersonales en los alumnado de las escuelas telesecundarias, dado que al alumnado que dicho servicio educativo esta expuesto a una problemática de exclusión educativa y social debido se encuentran ubicadas en lugares con alto índice de marginación, es decir, son jóvenes son socialmente vulnerables. | es_MX |
